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<body text="#000000" bgcolor="#ffffff">
El 23/05/11 10:07, carlos suarez escribió:
<blockquote
cite="mid:BANLkTim7xVAXqD3SzJNGaR_AW21C3hL7rA@mail.gmail.com"
type="cite">
<p class="MsoNormal" style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><i><font size="2">“En
general, es cierto que todo sistema que pretende imponer un
totalitarismo de
pensamiento único sobre el global de la ciudadanía, y el
capitalismo lo es, no
tolera el pensamiento heterodoxo, no al menos cuando dicho
pensamiento puede de
alguna manera tener la capacidad de llegar a amplias capas
de la sociedad, y
poner en peligro el funcionamiento mismo del sistema. El
"Pienso, luego
estorbo", es una frase que puede ser perfectamente válida
para la sociedad
consumista-capitalista actual, pero lo es también para otros
muchos tipos de
sociedades, desde las tradicionales sociedades teológicas, a
las sociedades
impuestas por los fascismos del siglo XX, e incluso para
muchas pequeñas
sociedades tribales donde el global de la población se mueve
al son que marca
una misma y uniforme estructura cultural, aunque,
obviamente, las diferencias
en cuanto a fines de estas últimas estructuras con las
anteriores sean más que
evidentes a poco que se tenga un mínimo conocimiento en
Antropología social y cultural.”</font></i></p>
<p class="MsoNormal" style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><font size="2"><br>
</font></p>
<font size="2"><span style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
</span></font>
<p class="MsoNormal" style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><font size="2">Bueno
este Hurtado si poseyera un mínimo de conocimiento en
Antropología social y
cultural sabría que no se puede meter en un mismo saco a las
pequeñas
sociedades tribales (en muchas de las cuales no existe el
concepto de propiedad
privada, ni pensamiento único y mucho menos consumismo), . . .
.<span>
</span>También se hace el tonto pues nombra a la sociedad
consumista-capitalista actual, a las tradicionales sociedades
teológicas, a las
sociedades impuestas por los fascismos del siglo XX, pero no
dice nada de
regímenes feudales como el chino, el cubano o el coreano. . .
. . esos sistemas
políticos amigos de kaosenlared no<i> “imponer un
totalitarismo de pensamiento
único”.</i></font></p>
<p class="MsoNormal" style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><font size="2"><br>
</font></p>
<font size="2"><span style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
</span></font>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><font size="2">- - - - - <br>
</font></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
<font size="2"><br>
</font></p>
<font size="2"><span style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
</span></font>
<p class="MsoNormal" style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><font size="2">Con
muchos puntos del resto del texto estoy bastante de acuerdo. .
. . <span> </span>esto por ejemplo:</font></p>
<p class="MsoNormal" style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><i><font size="2"><br>
</font></i></p>
<i><font size="2"><span style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
</span></font></i>
<p class="MsoNormal" style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;"><i><font size="2">“Están
cabreados porque quisieran tener todo eso con lo que siempre
han soñado:
dinero, éxito, un coche lujoso, un piso en propiedad, etc,
etc., y no pueden
tenerlo; no les dejan tenerlo; pese a que hay otros que sí
lo tiene, lo siguen
teniendo.”</font></i></p>
<font size="2"><span style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
</span></font>
<h6 style="font-family: arial,helvetica,sans-serif;"><font
size="2"><span style="font-weight: normal;">Basta saber si los
periodistas de kaosenlared o rebelión están dispuestos a
sacrificar eso que
otros desean y por lo que están tan “cabreados”, y así
conformar</span><font size="2"> </font><font size="2"><span
style="font-weight: normal;">una sociedad realmente
comunista,</span></font><span style="font-weight: normal;">
sin jerarquías ni privilegios de ningún tipo. ¿</span><font
size="2"><span style="font-weight: normal;">O</span></font>
<span style="font-weight: normal;">en realidad les encanta y
fascina que los alojen en hoteles de cinco
estrellas y comer en restaurantes caros cuando traen sus
conferencias anticapitalista
a ciudades como Pontevedra o Vigo.?. . . . Porque claro,
entre auténticos antisistemas esto no es consumismo es
un derecho humano.</span></font></h6>
<font size="2"><span style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
</span></font>
<h6 style="font-family: arial,helvetica,sans-serif;"><font
size="2"><span style="font-weight: normal;"></span></font></h6>
<font size="2"><span style="font-family:
arial,helvetica,sans-serif;">
</span></font>
<h6 style="font-family: arial,helvetica,sans-serif;"><font
size="2"><span style="font-weight: normal;">En fin. . . . </span></font></h6>
<p><font size="2"><span style="font-family: "Arial
Narrow";"><a moz-do-not-send="true"
href="http://carlossuarez1966.wordpress.com/"
target="_blank"><span style="text-decoration: none;">carlossuarez1966.wordpress.com</span></a></span></font><br>
<span style="font-size: 7.5pt; font-family: "Arial
Narrow";"><a moz-do-not-send="true"
href="http://www.escoitar.org/" target="_blank"><span
style="text-decoration: none;"><br>
</span></a><a moz-do-not-send="true"
href="http://www.mediateletipos.net/" target="_blank"><span
style="text-decoration: none;"></span></a></span></p>
<br>
<br>
<br>
<div class="gmail_quote">El 23 de mayo de 2011 02:06, Durán
Vázquez Durán Vázquez <span dir="ltr"><<a
moz-do-not-send="true" href="mailto:nomenekpos@gmail.com">nomenekpos@gmail.com</a>></span>
escribió:<br>
<blockquote class="gmail_quote" style="margin: 0pt 0pt 0pt
0.8ex; border-left: 1px solid rgb(204, 204, 204);
padding-left: 1ex;">
<a moz-do-not-send="true"
href="http://www.kaosenlared.net/noticia/sobre-movimiento-indignados-pienso-luego-estorbo-vs-consumo-luego-exis"
target="_blank">http://www.kaosenlared.net/noticia/sobre-movimiento-indignados-pienso-luego-estorbo-vs-consumo-luego-exis</a><br>
<br>
<font size="2"><br>
</font>
<h5> <font size="2"><b>Sobre el movimiento de los
"Indignados": Pienso luego estorbo vs consumo luego
existo</b></font> </h5>
<h6><font size="2">Reflexión
sobre las causas socioeconómicas, la causas sociológicas y
la
naturaleza ideológica del movimiento de los "Indignados".
¿Antisistema
o no antisistema?</font></h6>
<h6> <font size="2"><a moz-do-not-send="true"
href="http://www.kaosenlared.net/colaboradores/pedroantoniohonrubiahurtado"
target="_blank"> <b>Pedro Antonio Honrubia Hurtado</b></a>
| Para Kaos en la Red | 21-5-2011 a las 21:19 | 1564
lecturas | 25 comentarios </font></h6>
<br>
<p> <b>Pienso, luego estorbo. Consumo, luego existo</b></p>
<p>
"Pienso, luego estorbo", se podía leer ayer en una de las
pancartas que
adornaban la Plaza del Carmen de Granada, lugar de la
capital nazarí
donde durante todos estos días se viene relizando la
acampada y la
Asamblea del movimiento de los "indignados" en la ciudad.
Era una forma
de transmutar a la causa reivindicativa la famosa máxima del
Filósofo
francés René Descartes hace ya casi cuatrocientos años:
"Pienso, luego
existo".</p>
<p> En general, es cierto que todo sistema que pretende
imponer un totalitarismo de pensamiento único sobre el
global de la
ciudadanía, y el capitalismo lo es, no tolera el pensamiento
heterodoxo, no al menos cuando dicho pensamiento puede de
alguna manera
tener la capacidad de llegar a amplias capas de la sociedad,
y poner en
peligro el funcionamiento mismo del sistema. El "Pienso,
luego
estorbo", es una frase que puede ser perfectamente válida
para la
sociedad consumista-capitalista actual, pero lo es también
para otros
muchos tipos de sociedades, desde las tradicionales
sociedades
teológicas, a las sociedades impuestas por los fascismos del
siglo XX,
e incluso para muchas pequeñas sociedades tribales donde el
global de
la población se mueve al son que marca una misma y uniforme
estructura
cultural, aunque, obviamente, las diferencias en cuanto a
fines de
estas últimas estructuras con las anteriores sean más que
evidentes a
poco que se tenga un mínimo conocimiento en Antropología
social y
cultural.</p>
<p> Sin embargo, por ello mismo, tal frase no sirve para
determinar una crítica específica al sistema
consumista-capitalista
actual, en el que cual viven miles de millones de personas
en todo el
mundo, y, específicamente, es el sistema hegemónico y
dominante en eso
que llaman eufemísticamente el mundo desarrollado. Más, por
no salirnos
de la famosa máxima cartesiana, bien estaría completar la
frase-protesta, dando sentido a la otra parte de la
reflexión
solipsista propuesta por Descartes: "Pienso, luego estorbo.
Consumo,
luego existo", diría yo.</p>
<p> Ahora sí, con esta otra frase, tenemos
definido perfectamente el espíritu totalitario que rige
nuestra actual
sociedad consumista-capitalista. El capitalismo quiere gente
que piense
poco y que compre mucho. Quiere convertir, ha convertido, de
hecho, a
las personas en meros sujetos consumistas, sujetos-mercancía
cuyo valor
social se mide por su capacidad de consumo, que, por
supuesto,
previamente deben poner su fuerza de trabajo al servicio de
las
estructuras productivas en manos de la burguesía, del estado
burgués,
y, en general, de los intereses de las clases explotadoras
que
controlan con mano de hierro los designios de la economía
globalizada,
del sistema-mundo capitalista. O, por convertirlo en un
eslogan de
estos que se están escuchando estos días por las Plazas del
estado
español, el capitalismo te dice: ¡Menos pensar, y más
comprar!. Esa es
su máxima, la máxima por excelencia de la sociedad
consumista-capitalista.</p>
<p> <b>No pienso, luego no estorbo. No consumo, luego no
existo</b></p>
<p>
Apliquemos ahora una negación a la máxima mencionada: "No
pienso, luego
no estorbo. No consumo, luego no existo". No es negación
casual. Si
partimos de la base de que la inmensa mayoría de la
población vive, ha
vivido mucho tiempo, y seguirá probablemente viviendo otro
mucho más,
sin cuestionarse el funcionamiento real del sistema
capitalista, sin
pensar si es un sistema justo o injusto, sin preocuparse si
la riqueza
de unos se construye sobre la pobreza de otros, sin querer
ver que la
miseria y el subdesarrollo de los pueblos del tercer mundo
es una
consecuencia directa del desarollo de los países del primer
mundo
fundamentado en buena parte sobre la explotación de los
recursos
naturales y humanos de estos primeros, podemos afirmar que
es un hecho
que la inmensa mayoría de la población vive, ha vivido, y
vivirá "sin
pensar", luego no estorba. Y como no estorba, no siente las
cadenas.</p>
<p>
La inmesa mayoría de la población simplemente se deja llevar
por la
corriente cultural inserta en la sociedad que impone los
valores
propios de la sociedad de consumo como valores de
pensamiento único,
hegemónico y dominante, haciendo suyas las metas sociales
que se le
imponen desde esta, y determinando el sentido de sus vidas
según los
códigos culturales que emanan directamente de la ideología
consumista-capitalista dominante. Los proyectos de vida de
millones de
personas en los países desarrollados, se han construído, y
se
construyen, sobre la base de la exigencias propias que la
sociedad de
consumo impone en la mentalidad de los individuos que la
conforman,
especialmente, y de manera clara, sobre los miembros de las
clases
trabajadoras, a los cuales se los consigue alienar con los
fundamentos
sociales del sistema haciéndoles creer que los intereses de
la sociedad
de consumo, son equitativos a sus propios intereses como
ciudadanos, a
sus propios intereses como sujetos que han sido arrojados a
la
existencia, y que necesitan de un proyecto vital, una
expectivas, unas
metas y unos códigos culturales valorativos que les srivan
de guía para
dar valor a sus propias vidas, desde sus propios juicios de
sentido.</p>
<p>
Esta situación es especialmente significativa en las
actuales
generaciones de la juventud del estado español, primeras
generaciones,
las nacidas después de la muerte de Franco principalmente,
educadas
plenamente en los valores de la sociedad consumo, a las que
se les ha
martilleado incesantemente con todos y cada uno de los
códigos
culturales impuestos por dicha sociedad, sustentados sobre
dos
principios fundamentales: el amor al dinero y el sagrado
respeto a la
propiedad privada, las dos deidades por excelencia de la
sociedad de
consumo, de las que emanan todos los demás valores y mitos
impuestos
como verdades absolutas en la mentalidad de los ciudadanos y
ciudadanas.</p>
<p>
Dentro de esos códigos de valores, por supuesto, se incluye
el
mencionado "Consumo, luego existo". Tengo la impresión de
que esta
repentina explosión de indignación generalizada,
especialmente de esas
generaciones nacidas después de la muerte de Franco y que
algunos
estaban llamando ya la generación perdida, o la generación
ni-ni, tiene
mucho que ver con la negación de la máxima capitalista que
sirve de
referencia para las reflexiones de este artículo.
Posiblemente, tal
explosión tenga mucho que ver con el paso dado desde
planteamientos
generalizados de "No pienso, luego no estorbo", a una
situación
devenida en "No consumo, luego no existo".</p>
<p> Después de toda una
vida dejándose arrastrar por los valores propios de la
sociedad de
consumo, habiendo hechos suyos tales valores como principios
de vida,
de haber pensado que el éxito social es aquel que viene
definido por
las estructuras propias del sistema, de no haber cuestionado
en ningún
momento si dicho sistema es justo o injusto, no de haberse
parado a
pensar si realmente había algún tipo de alternativa al
sistema de
valores sociales dominante, de haber creído, consciente o
inconscientemente, que simplemente había que dejarse
arrastrar por la
corriente mayoritaria para alcanzar eso que se conoce como
una vida
"digna", de no cuestionar el papel del dinero en la sociedad
(es más,
habiendo hecho del dinero el motor central de sus
expectativas de vida
y el guión estrella de las películas de sus sueños), y de no
haberse
planteado en ningún momento el rol determinante que juega la
posesión
de la propiedad privada de los medios de producción en la
estructura
productiva (y la consecuente explotación y control del poder
político
que de ella se deriva), de repente una generación entera se
ha visto
abocada a una situación en la que nada tiene, en la que
todos esos
sueños construídos sobre el valor del dinero y sobre los
códigos
culturales propios del capitalismo, se ha acabado por
convertir en una
pesadilla, su propia pesadilla consumista-capitalista: "No
consumo,
luego no existo".</p>
<p> <b>Tanto tienes, tanto vales: si nada tienes, nada vales</b></p>
<p>
No pensaron, luego no estorbaban. Pero por no pensar, no
pensaron si
quiera que dejarse arrastrar por los valores de la sociedad
de consumo,
por el "Consumo, luego existo", por el "tanto tienes, tanto
vales", era
una peligrosa arma de doble filo: si no tienes para
consumir, dejas de
existir; si nada tienes, nada vales.</p>
<p> Ahora, cuando de repente
han empezado a descubir, abocados por las circunstancias
socioeconómicas, que para la sociedad de consumo nada tienen
los que
nada poseén, que ellos, en realidad, nunca tuvieron nada, y
que ahora
además tienen menos que nada: no tienen si quiera un futuro
de
oportunidades al que agarrarse, que, en definitiva, "nada
tienen, nada
valen", que han dejado de existir según sus propios códigos
de valores
previamente interiorizados desde las estructuras ideológicas
y
culturales de la sociedad de consumo, se han cabreado, y con
razón: Se
han indignado.</p>
<p> Es una indignación personal, fruto
principalmente de la frustración que genera sentir, darse
cuenta, que
todo aquello que te habían hecho creer, que todos esos
códigos de
valores que te han hecho aprender como auténticas verdades
absolutas,
como auténticos valores sagrados, no son más que un engaño,
una
patraña, una fantasía, una estrategia para que te sometas a
unos
intereses que no son los tuyos, para que te dejes arrastrar
por una
sociedad donde para que unos pocos ganen muchos, otros
muchos tienen
que perderlo todo. La naturaleza del capitalismo, escondida
tras una
realidad de ensoñaciones egoistas y consumistas fruto de la
alienación,
nada más.</p>
<p> Es una indignación, por tanto, que nace de creer, de
haber estado toda la vida creyendo, que uno "vale por lo que
tiene" (el
triunfo del tener frente al ser, decía Fromm), y que, en
consecuencia,
al no tener nada, irremediablemente te lleva a acabar
creyendo, aunque
solo sea incoscientemente, que no vales nada: frustración,
desencanto,
malestar interno. Nada tengo, nada valgo. No consumo, luego
no existo.</p>
<p> En esas estamos: nada tenemos, nada valemos. O eso
pensamos. ¡Indigados!</p>
<p> <b>¿Egoismo o lucha por la justicia social?</b></p>
<p>
Tal vez esto sirva para explicar porqué los mismos que se
negaron a
salir a protestar contra los recortes sociales en la Huelga
general del
29 de Septiembre, que poco menos querían fusilar a los
controladores
aéreos por atreverse a hacer una huelga legítima mientras
pocos días
antes no se habían indignado en absoluto cuando el gobierno
anunció el
fin de la prestación a los parados de larga duración, que
hasta
prácticamente ayer preferían charlar sobre fútbol con sus
colegas que
leer un artículo sobre los orígenes de la crisis en
cualquier web de
internet, que pasaban por el lado de una manifestación de la
izquierda
alternativa y poco menos que la veían como una atracción de
feria, que
nunca jamás pensaron que era necesario un cambio social para
acabar con
las insjusticias del sistema capitalista, ahora hayan salido
en masa a
las calles, junto a esa izquierda combativa y reivindicativa
que ha
estado ahí, en la calle, desde hace mucho, a pedir poco
menos que una
reforma integral de los principios fundamentales que
sustentan el
estado burgués desde las instituciones: el poder financiero
y el poder
político arrojado en manos de los testaferros de este
primero.</p>
<p>
Y tal vez, esto explica también, porque se niegan muchos/as
a que los
llamen antisistema: sencillamente porque no son antisistema.
</p>
<p>No
lo son: están cabreados, indignados, porque el sistema los
excluye, no
porque el sistema excluya, sin más. Si los excluídos fuesen
otros, como
lo han sido siempre...</p>
<p>Están cabreados porque el sistema los ha
engañado a ellos (mi, yo, conmigo), no porque el sistema sea
injusto,
fuese injusto aún cuando ellos preferían dejarse llevar por
la
corriente, y aún cuando ellos no formase parte de los
excluídos del
sistema, si es que alguna vez no lo han formado. "No son
antisistema,
el sistema es anti ellos", dicen. Y llevan razón, insisto.</p>
<p>
Están cabreados porque sus sueños, determinados y
condicionados por los
valores del sistema, no se cumplen, a una misma vez que ven
que hay
otros que siguen viviendo a todo tren dentro de esos valores
del
sistema con los que ellos siempre han estado, y siguen
estando, de
acuerdo; aunque ahora se quejen. </p>
<p>Están cabreados porque ahora
el sistema que abrazaron como fuente única de sus proyectos
vitales,
del sentido de sus vidas, en base a esos mismos proyectos
vitales, los
ha dejado fuera de juego. Off side. Fallo se sistema
(interno).</p>
<p>Están
cabreados porque quisieran tener todo eso con lo que siempre
han
soñado: dinero, éxito, un coche lujoso, un piso en
propiedad, etc,
etc., y no pueden tenerlo; no les dejan tenerlo; pese a que
hay otros
que sí lo tiene, lo siguen teniendo.</p>
<p> No están cabreados porque
el sistema sea intrínsecamente injusto, no están cabreados
porque haya
explotación a gran escala, o porque a los pueblos del tercer
mundo se
les siga robando día a día sus riquezas, no están cabreados
porque el
modelo productivo esté llevando al Planeta a su exterminio,
ni están
cabreados, en definitiva, porque el fundamento mismo del
sistema sea la
desigualdad económica y la injusticia social, sino,
simplemente, porque
ahora, en medio de esta crisis económica gigantesca, de esta
envestida
brutal de las clases explotadoras sobre los intereses y
derechos de las
clases trabajadoras, ellos (mi, yo, conmigo), están
perdiendo: se han
quedado fuera de sus propios sueños
consumistas-capitalistas.</p>
<p> <b>De 1984 a un "Mundo Feliz": la naturaleza de los
indignados que dicen no ser antisistema</b></p>
<p>Escribía
el otro día en un artículo sobre el 15-M y la lucha de
clases, que me
parecía orwelliano que fuese posible manifestarse contra el
sistema, y
creer que no se es un anticapitalista, o, más orwelliano
aún, que fuese
posible pedir la cabeza de políticos y banqueros, de boca de
precarios,
parados y explotados, pero sin que tal hecho sea, pueda ser,
lucha de
clases. Obviamente, sigo pensando lo mismo. Toda expresión
de
resistencia y lucha de las clases trabajadoras contra las
injusticias
generadas por el sistema capitalista, contra los privilegios
de las
clases oligárquicas, son una manifestación de la lucha de
clases,
aunque los presentes no tengan consciencia de ello, porque
simplemente
no sepan siquiera qué es eso de la lucha de clases. </p>
<p>Sin
embargo, como casi todo lo relacionado con el sistema
totalitario de
pensamiento único impuesto por las estructuras culturales y
políticas
consumistas-capitalistas, profundizando un poco en la
naturaleza de
este movimiento que se ha generado tras dicha fecha (15-M),
me parece
que tal hecho tiene mucho más que ver con algunos aspectos
narrativos
presentes en "Un mundo Feliz", de Aldous Huxley, que con lo
escrito por
Orwell en 1984, aunque ambas perspectivas son perfectamente
complementarias para el caso que nos atiene: la posición de
ese grupo
de "indignados" que una misma vez que protestan contra el
sistema,
dicen no ser antisistemas; que, en todo caso, el sistema es
antiellos
(sic). </p>
<p>En concreto, decía que me parecía orwelliana dicha
situación, en la medida que me recordaba a la idea expresada
en 1984 a
través del concepto "Doblepensar", esto es, la capacidad de
pensar como
verdaderas, desafiando el princio de no cotradicción
presente en toda
lógica desde Platón y Aristóteles, una proposición y su
contraria, y
poner al fin cualquiera de ellas al servicio del pensamiento
único
cuando así sea requerido por el sistema. Rebelarse contra el
sistema
conscientemente y decir a una misma vez que no se es
antisistema, me
parecía una buena muestra de tal concepto. Me lo sigue
pareciendo, de
hecho.</p>
<p>Doblepensar, según el magnífico libro de Orwell,
significa en concreto el poder, la facultad de sostener dos
opiniones
contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias
albergadas a
la vez en la mente. El intelectual del Partido (que controla
el poder
en la sociedad descrita por el escritor inglés en su famosa
novela)
sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos;
por tanto,
sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se
satisface a
sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el
sentido de que
la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser
consciente, pues,
si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero
también
tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento
de falsedad
y, por tanto, de culpabilidad. El doblepensar está arraigado
en el
corazón mismo del Ingsoc (doctrina ideológica que se impone
como única
en la sociedad de 1984), ya que el acto esencial del Partido
es el
empleo del engaño consciente, conservando a la vez la
firmeza de
propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir
mentiras a la
vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho
que no
convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario,
sacarlo del
olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia
de la
realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que
existe esa
realidad que se niega. Eso es el doblepensar.</p>
<p>Así que protestar
contra los bancos, el sistema financiero internacional o los
políticos
que sirven de testaferros al capital, y, a una vez, negar
que se están
manteniendo planteamientos antisistema, me parece un
coherente
ejercicio de doblepensar aplicado a la sociedad
consumista-capitalista
actual. Uno se puede rebelar contra partes del sistema, pero
negándose
a sí mismo que la condición de su protesta es antisistema se
mantiene
siempre dentro de los límites y los planteamientos del
sistema.
Doblepensar... al servicio del sistema.</p>
<p>Ahora bien, si
ciertamente, como he dicho, no reniego de esta reflexión, y
la
considero en buena medida válida, y perfectamente ajustada a
parte de
la realidad de los hechos que estamos viviendo estos días,
considero
igualmente que existe un personaje en la novela de Huxley
("Un Mundo
Feliz"), que se ajusta todavía con más exactitud a estas
actitudes de
negar la condición antisistema de las protestas que estos
días están
siendo defendidas por muchos y muchas a través de las redes
sociales,
los foros de internet y las propias asambleas ciudadanas de
los
"indignados".</p>
<p>Este personaje tiene por nombre Bernard Marx, en
la novela pertenece a la casta Alfa-Más (una de las castas
superiores),
pero posee características diferentes a la del resto de las
personas
que pertenecen a ésta, debido a que, decían de él chistosos
su
compañeros/as de casta, cometieron un error en su proceso de
envasado
(gestación del nacimiento del individuo a medida de lo que
exige de él
la sociedad) y se puso alcohol en su ración de sucedáneo de
la sangre.
Por ello, Bernard era marginado por la sociedad, los de su
casta se
reían de él, y hasta los que no pertenecían a su casta le
daban la
espalda debido a sus características físicas diferentes. En
consecuencia, durante buena parte de la novela Bernard Marx
muestra
constantemente su indignación y su cabreo con el sistema, no
lo acepta
y trata una y otra vez de rebelarse contra él en la medida
de lo
posible. Deja de obedecer el Fordismo (doctrina ideológica
que se
impone como única en esta otra novela), tiene una
escandalosa vida
sexual (por ser demasiado casto en relación a la
promiscuidad propia
del resto de los miembros de la sociedad) y se identifica en
muchos
momentos como enemigo de la sociedad al conspirar contra el
orden y la
estabilidad establecida. </p>
<p>Sin embargo, a medida que avanza la
novela, por una serie de hechos que van sucediendo y que
llevan a
Bernard Marx a alcanzar el éxito social que hasta entonces
se le había
negado, descubrimos que, en realidad, Bernard no es ningún
antisistema,
sino que únicamente "el sistema era anti él". En cuanto
Bernard paladea
el sabor del éxito social y pasa a ser uno más entre los de
su casta,
no sólo no reniega en absoluto de su condición como tal,
sino que se
muestra como el más fiel defensor de los valores propios del
sistema
que por tanto tiempo detestaba, o de alguna manera trataba
de detestar,
porque lo estaban excluyendo. En cambio, cuando el sistema
pasó a
brindarle sus favores, a Bernard se le olvidó toda crítica
contra el
sistema, es más, amaba el sistema como el que más, estaba
tan
determinado por los valores impuestos por el sistema, como
todos
aquellos a los que tanto había criticado desde perspectivas
coyunturalmente antisistema cuando el excluído era él. </p>
<p>Este
personaje contrasta además con la existencia de otro
personaje en la
novela, Helmholtz Watson, que, pese a tener todo lo
necesario para ser
un triunfador dentro de los valores establecidos por el
sistema, y de
hecho lo era, se rebela conscientemente contra él, al
entender que su
capacidad de pensamiento crítico, su libertad como sujeto, y
sus
perspectivas de futuro estaban totalmente determinadas por
el sistema,
un sistema que además era injusto y generaba una
desigualdades
inaceptables. Con el desarollo de la novela, por su lado,
descubrimos
que Helmholtz Watson era un verdadero antisistema,
consciente y
orgulloso, a diferencia de su amigo Bernard Marx, al que en
muchos
momentos se había sentido unido por ser ambos críticos con
el sistema,
y estar en apariencia en una misma sintonía ideológica. </p>
<p>Sin
embargo, llegada la hora de la verdad, cuando ambos
personajes son
condenados a ser desterrados a la "isla", una especie de
lugar de
castigo donde se llevaban a las personas que desarollaban un
pensamiento subjetivo no acorde a los valores propios del
Fordismo
(sistema único de pensamiento), Helmholtz Watson (Pienso
luego
estorbo), se siente feliz, pues allí podrá continuar con la
elaboración
de su propio pensamiento, allí podrá seguir pensando por sí
mismo, y
allí podrá, además, conocer otras personas que también están
en esa
misma dinámica antisistema que les permite tener y
desarollar su propio
pensamiento al margen de lo impuesto por el sistema
totalitario
dominante y hegemómico en la sociedad de "Un mundo feliz".
Bernard
Marx, por su parte, (Consumo luego existo), al enterarse de
la noticia,
dice que prefiere ser ejecutado antes de lo que envíen a esa
isla al
margen de la sociedad, antes de que, en definitiva, lo
saquen del
sistema, de un sistema que él simplemente había cuestionado
de manera
coyuntural por sentirse exluído y rechazado del mismo, en
ningún caso
por creer de veras que el sistema era injusto. He aquí la
confrontación
que da título a este artículo: "Pienso luego estobor vs
consumo luego
existo". Helmholtz Watson vs Bernard Marx.</p>
<p>Mucho me temo que,
al menos por ahora, entre los asistentes a este movimiento
de los
indignados, hay muchos más Bernard Marx, que Helmholtz
Watson, es
decir, muchos más que se manifiestan contra el sistema única
y
exclusivamente porque el sistema, de manera coyuntural, es
antiellos,
que porque realmente crean que el sistema es injusto y
habría que
cambiarlo hacia otro modelo de sociedad y otro sistema
económico, más
igualitaria, más justo. </p>
<p>Muchos, que, a la hora de la verdad,
preferían ser "ejecutados" antes que ver cambiado el
sistema, muchos
que tienen tan interiorizados los valores del sistema, que
por más que
se manifiesten contra aspectos concretos de él, a la hora de
la verdad
estarían en la barricada que defienda el sistema, si llegase
el momento
de una verdadera revolución que quisiese acabar de una vez y
para
siempre con el capitalismo. </p>
<p>Puede que Bernad Marx y Helmholtz
Watson convergan en un momento determinado en sus
planteamientos y
reivindicaciones, incluso en sus luchas, como ahora está
convergiendo
la Izquierda anticapitalista y revolucionaria de siempre con
grupos de
"nuevos indignados" que se rebelan contra su exclusión
coyuntural del
sistema. Pero que nadie se confunda, mientras el Bernard
Marx de turno
no cambie sus valores y sus perspectiva contra el sistema,
mientras no
asuma una consciencia clara de que el capitalismo es un
sistema
intrínsecamente desigual e injusto, que hay que derrocar
para que la
sociedad y el mundo puedan avanzar hacia otro modelo
necesario de
justicia social y fin de la explotación del hombre por el
hombre,
podrán convenger coyunturalmente, pero no están en el mismo
bando. No
lo están, aunque lo parezca.</p>
<p>Al igual que el personaje de la
novela de "Un mundo feliz", Bernard Marx, si esos que ahora
están en
las "barricadas" (acampadas, asambleas, etc.) junto a los
anticapitalistas y antisistema de siempre, mañana ven que
sus
condiciones de vida mejoran, que sus sueños dentro del
sistema vuelven
a ser satsisfechos por el sistema, olvidarán las injusticias
del
sistema y todo lo demás, y volverán al rincón del que, en
realidad,
nunca se movieron, porque sus consciencias nunca cambiraron:
el de la
defensa del sistema, el de la alienación en los valores
consumistas-capitalistas. </p>
<p>Porque, además, si la mayoría social
sigue siendo como Bernard Marx, el mantemiento del sistema
está
asegurado, y solo cuando la mayoría, a través de un proceso
de
reflexión y de toma de consciencia real de las injusticias
del sistema,
sea como Helmholtz Watson, el sistema estará en peligro. No
es el caso
de lo que estamos viviendo ahora, pero ni de lejos.</p>
<p> <b>Condiciones subjetivas de la "revolución" de los
Indignados</b></p>
<p>
Decía Marx que las correcciones que se puedan introducir en
el sistema
capitalista no bastan para solucionar las crisis perpetua
que éste
provoca en las clases trabajadoras, y que lo que entra en
crisis es el
sistema mismo. Esta contradicción interna del sistema
capitalista pone,
según Marx, las condiciones objetivas para la destrucción
del mismo.
Por otra parte, esta situación de crisis hace que el
conjunto de
proletarios tome conciencia de la situación en que se
encuentra,
amergiendo con ello unas condiciones subjetivas que abren
paso a los
procesos revolucionarios. Cuando condiciones objetivas y
condiciones
subjetivas convergen en una misma sociedad, se dan, pues,
los elementos
necesarios para acabar con el sistema, que reduce a la
mayoría de los
hombres a un estado miserable, y los despoja de lo que los
define como
hombres, el producto de su trabajo. Se abre, en definitiva,
el camino a
la revolución, hacia un mundo más justo, hacia una sociedad
sin clases,
hacia el fin de la explotación del hombre por el hombre,
hacia la
justicia social.</p>
<p> Obviamente, las condiciones objetivas en la
actual situación del estado español, no solo están dadas,
sino que se
van acentuando cada día que pasa. 45% de paro juvenil, casi
cinco
millones de desempleados, reforma laboral, reforma de las
pensiones,
planes de ajuste, aumento de la pobreza, desahucios, en fin,
todo un
conglomerado de situaciones y datos socioeconómicos que
ponen en jaque
los derechos e intereses de las clases trabajadoras. Una
condiciones,
no se niega, que han hecho posible esta situación de
manifestaciones,
acampadas y asambleas que se están dando en estos días a lo
largo y
ancho de todo el estado español, y aun en otros puntos del
Mundo, en
apoyo a las mismas.</p>
<p> Sin embargo, parece que las condiciones
subjetivas que han desencadenado esta repentina explosión de
indignación, no son precisamente las de una toma de
consciencia para
llevar a cabo un verdadero proceso revolucionario, me temo
que si
quiera proceso alguno de cambio estructural, todo lo más, si
acaso,
algunas reformas puntuales del sistema político y económico
vigente.
Como digo, no aprecio que haya una verdadera consciencia
generalizada
sobre la necesidad de cambiar un sistema que en
intrínsecamente
injusto. Aunque se griten y se lance proclamas contra el
sistema, me
temo que las condiciones subjetivas de estas movilizaciones
están más
centradas en el deseo de poder recuperar un espacio
individual dentro
del sistema, sin cuestionar si es justo o injusto el mismo,
que en una
verdadera consciencia sobre la necesidad de un cambio de
paradigma
político, social y económico que acabe con un sistema
desigual por
definición como es el capitalismo, da igual en su vertiente
neoliberal
o en cualquier otra versión, más o menos reformada. </p>
<p> Las
condiciones subjetivas de esta "revolución" de los
indignados, al menos
de partida, no son, por tanto, a mi parecer, las condiciones
subjetivas
que permiten un cambio revolucionario: la toma de
consciencia de la
clase trabajadora sobre su situación de explotación y
miseria dentro
del sistema capitalista, y el consecuente deseo por acabar
con el
sistema que produce dicha condiciones de explotación y
miseria, no
desde una perspectiva subjetiva (de los intereses de cada
cual), sino
desde una perspectiva de clase, desde un deseo por acabar
con la
explotación, de generalizar la justicia social, y de no
permitir que
nunca más allá personas que queden excluídas por el sistema
reinante;
aunque no seamos nosotros/as.</p>
<p> Ojalá y todo este movimiento
pudiese canalizar, en un día, un mes, un año, una década, da
igual, en
una situación verdaderamente revolucionaria, en un verdadero
deseo de
acabar con el sistema capitalista, en una verdadera toma de
consciencia
de que no es tolerable que se cometa una sola injusticia,
que no es
permisible un sistema que extiende la pobreza, la miseria,
el hambre,
la explotación, y el agotamiento de los recursos naturales,
por el
mundo entero.</p>
<p> Ojalá, quienes hoy estén allí, en las plazas,
gritando contra el sistema bancario, contra los políticos
corruptos, y
contra una democracia representativa que no otorga capacidad
de
empoderamiento a los ciudadanos/as, todos, sin excepción,
entiendan que
el único camino posible es la lucha frontal contra el
sistema
capitalista que genera tales situaciones, aunque nunca antes
se lo
hubiesen planteado desde esa perspectiva, y aunque el
impulso primero
que les ha llevado a estar en esas plazas no sea más que la
frustración
generada por la incapacidad de poder sastisfacer dentro del
sistema los
sueños y expectativas de vida que ellos mismos se habían
marcado
siguiendo las imposiciones alienantes del propio sistema
consumista-capitalista. </p>
<p>Ojalá, en definitiva, todo esto sirva,
cuando menos, para que haya una toma generalizada de
consciencia contra
el sistema capitalista y sus injusticias, para que la gente
entienda de
una vez que el único camino posible para alcanzar una
sociedad mejor es
la lucha y la resistencia organizada contra el sistema. De
momento,
simplemente no veo eso, y que me perdonen quienes se están
partiendo la
cara en la organización de todo esto, antes los cuales,
sinceramente,
estoy muy agradecido.</p>
<p>Lo que veo más bien es una minoría de gente
que ya previamente estaba conscienciada de los injusto y
desigual que
es el sistema capitalista, y me temo que una mayoría de
gente que están
allí porque quieren recuperar los sueños del sistema que el
propio
sistema les ha robado. No veo, en definitiva, condiciones
para
revolución alguna, ni, por supuesto, veo peligro ninguno
para el
sistema: "No somos antisistema, el sistema es
antinosotros". </p>
<p>
Pese a lo cual, insisto sinceramente y de corazón, me
alegro, y mucho,
de todo lo que está sucediendo, y estoy siendo partícipe de
ello en la
medida de mis posibilidades, siempre que mis
"responsabilidades" en
Kaos me lo están permitiendo, y aún, por supuesto, dándole
cobertura y
seguimiento continuado desde Kaosenlared, que también es un
frente de
organización, difusión y lucha, de este, como de otros
muchos
movimientos. Porque, dicho sea de paso, lo cortés, no quita
lo
valiente, y no sólo de revoluciones vive el revolucionario.
La
indignación generalizada contra las injusticias del sistema,
aunque
sean desde el egoismo, y no desde la consciencia social
real, siempre
son y serán bienvenidas. Pero, al menos yo, a mí mismo (mi,
yo,
conmigo), no me quiero llevar a engaño...</p>
<br>
<br>
<br>
<br>
<br>
<div class="gmail_quote">El 9 de abril de 2011 13:31, Durán
Vázquez Durán Vázquez <span dir="ltr"><<a
moz-do-not-send="true"
href="mailto:nomenekpos@gmail.com" target="_blank">nomenekpos@gmail.com</a>></span>
escribió:<br>
<blockquote class="gmail_quote" style="border-left: 1px
solid rgb(204, 204, 204); margin: 0pt 0pt 0pt 0.8ex;
padding-left: 1ex;">Toda reflexión que tenga que ver con
la neolengua me parece interesantísima.<br>
<br>
¿Se acuerdan de aquel avión de Gadafi que hace unas
semanas caía del cielo en la portada de los periódicos?<br>
En los informativos decían que según el gobierno libio
(perdón... el régimen libio) el avión era comandado por
los rebeldes. Alguna periodista incluso arqueaba la ceja
simulando incredulidad.<br>
<br>
Pues bien:<br>
<a moz-do-not-send="true"
href="http://voltairenet.org/article169346.html"
target="_blank">http://voltairenet.org/article169346.html</a><br
clear="all">
<font color="#888888"><br>
-- <br>
Durán Vázquez____________<br>
<a moz-do-not-send="true"
href="http://cronicaelectronica.org/?p=duranvazquez"
target="_blank">http://cronicaelectronica.org/?p=duranvazquez</a><br>
</font></blockquote>
</div>
<br>
<br clear="all">
<br>
-- <br>
Durán Vázquez____________<br>
<a moz-do-not-send="true"
href="http://cronicaelectronica.org/?p=duranvazquez"
target="_blank">http://cronicaelectronica.org/?p=duranvazquez</a><br>
<br>
_______________________________________________<br>
abrouxados mailing list<br>
<a moz-do-not-send="true" href="mailto:abrouxados@xedh.org">abrouxados@xedh.org</a><br>
<a moz-do-not-send="true"
href="http://list.xedh.org/mailman/listinfo/xedh.org.abrouxados"
target="_blank">http://list.xedh.org/mailman/listinfo/xedh.org.abrouxados</a><br>
<br>
</blockquote>
</div>
<br>
<pre wrap="">
<fieldset class="mimeAttachmentHeader"></fieldset>
_______________________________________________
abrouxados mailing list
<a class="moz-txt-link-abbreviated" href="mailto:abrouxados@xedh.org">abrouxados@xedh.org</a>
<a class="moz-txt-link-freetext" href="http://list.xedh.org/mailman/listinfo/xedh.org.abrouxados">http://list.xedh.org/mailman/listinfo/xedh.org.abrouxados</a>
</pre>
</blockquote>
Interesante comentario, Carlos.<br>
Suele suceder que, gracias a eso que llaman "transversalidad",
muchas veces los "pensadores" terminan diciendo las grandes cosas
que dicen:<br>
"<i><font size="2">pequeñas
sociedades tribales </font></i><i><font size="2">donde el
global de la población se mueve al son que marca
una misma y uniforme estructura cultural, aunque, obviamente,
las diferencias
en cuanto a fines de estas últimas estructuras con las
anteriores sean más que
evidentes a poco que se tenga un mínimo conocimiento en
Antropología social y cultural.”<br>
</font></i>Hum...curioso...pare dce que el no tiene un "mínimo
conocimiento..."<i><font size="2">pequeñas
sociedades tribales </font></i><i><font size="2">donde el
global de la población se mueve al son que marca
una misma y uniforme estructura cultural"...<br>
</font></i>Como siempre el ornitólogo antes que el pájaro...el
carro delante de los bueyes..."<i><font size="2">las diferencias
en cuanto a fines de estas últimas estructuras con las
anteriores"...</font></i>Joder con las ESTRUCTURAS...<br>
<i><font size="2"><br>
</font></i>UNIFORME ESTURUCTURA CULTURAL...que se de una vuelta
por esos mundos y les pregunte a los interesados, a las "<i><font
size="2">pequeñas
sociedades tribales" </font></i>que es eso de una UNIFORME
ESTRUCTURA CULTURAL...<br>
<br>
Ultimamente no puedo escuchar la palabra ESTRUCTURA sin que me de el
pempe...Puñetera manía de meterlo todo en una puta férula...<br>
</body>
</html>